Tu talento necesita ponerse en acción en el lugar adecuado.

Tienes talento (si esto no te lo crees antes de continuar tienes que leer este post )

Para que podamos dejar en el mundo efectos bonitos de nuestro talento lo tenemos que poner en acción. Claro, si me lo quedo en mi interior, poco beneficio te voy a dar. Esto se entiende muy bien.

¿Y, entonces, qué falla?

¿Y entonces qué falla en aquellas personas que tienen talento, lo saben, obtienen resultados y feedback positivo y objetivo sobre él y no acaban de conseguir sacar todo lo que llevan dentro?

Tu talento coge la velocidad de luz (soltando destello de brillo por el roce jajajajaja me encanta darle carnaza a mis detractores del brilli brilli :p) cuando lo pones en acción en el lugar adecuado.

En el lugar adecuado.

Ya sabes, lo del león que se nos viene abajo en Groenlandia, lo de hacer trepar por árboles a hipopótamos teniendo ardillas y todo eso. Pues eso.

Peeeero puede haber más. Puede que tus competencias sean perfectamente válidas para cubrir las necesidades que una organización tiene de ti y tú sientes que no acabas de coger impulso. Y no, no acabas de brillar. ¿Qué es entonces?

A mis alumnos de Gestión de Talento de ESIC Business School digo siempre que una de nuestras funciones es diseñar contextos para que el talento de nuestros colaboradores vaya creciendo y nos acerquemos a explorar su potencial. Más valor para ellos, más valor para el mercado, más valor para nosotros. ¿Pero quién marca el límite para ampliar y definir contextos más adecuados al talento de nuestra organización? La cultura y los valores de la organización para la que estemos trabajando.

Estoy devorando el libro de Xavier Marcet “Esquivar la Mediocridad” Te lo recomiendo. Y una mientras lo estudio, una y otra vez me viene la misma idea: muchos de mis clientes no son capaces de liberar su potencial porque están matándose en conseguir que su talento y competencias brillantes encajen en culturas mediocres de mediocres valores.

Cuando tu talento no fluye, el problema no siempre está en ti

Y si no hacemos éste complejo y profundo análisis de detectar dónde está el tapón y entender que si el lugar no es el adecuado para nuestro talento éste jamás se liberará con fuerza, corremos el grave riesgo de pensar que el problema está en nosotros.

Y en nuestra capacidad. Y nos cuestionamos hasta nuestra personalidad, y hacemos intentos burdos de cambiar en la dirección contraria a nosotros, de debilitarnos por las artistas para ver si encajamos, de rebajar la intensidad de nuestro brillo no vaya a ser que a alguien le deslumbre y encima le moleste. Y claro, por ahí nos vamos al camino de la oscuridad, de lo gris, de las ganas de bajarte ya del carro, de tirar la toalla, de sentir que el sistema te asfixia. Porque de hecho lo está haciendo. Pero, mírame con atención, no lo vamos a permitir. No nos lo vamos a permitir.

Si has leído algo de esto y crees que es en tu contexto dónde está el problema, ven a contármelo, que buscaremos mil remedios para ponerle solución.

Me lo has dicho muchas veces que, en ocasiones, te sientes como en prisión. Y con asfixia.

Libertad también es tener la posibilidad de escoger contextos en los que tú y tu talento brilléis.

Vamos.