Nos cuesta cambiar… Esto es un hecho.
Hacer un post para explicarte que nos cuesta cambiar no tiene mucho sentido. Lo que sí lo tiene es entender dónde te vas encontrar los principales obstáculos y por qué. Vamos a allá.
- Nos cuesta cambiar porque todo en tu cuerpo y en tu contexto está diseñado para conservar. Para mantener. Para quedarte como estás. En equilibrio.
- Ese equilibro deseado por nuestro sistema requiere que muchas de nuestras acciones, pensamientos y por supuesto, emociones, funcionen en modo automatizado. Es cómodo y funcional que esto sea así. Pero una puñeta cuándo nos sometemos voluntariamente a procesos de cambio.
- Reconocer cuáles de esas acciones, pensamientos o emociones nos lleva a resultados que nos provocan malestar (o directamente, daño) implica que tenemos que elevar el nivel de consciencia y de atención para ser capaces identificarlas. Y todo a tu alrededor te invita a todo, excepto a mantener la atención en ti.
- Si logramos llegar a identificarlas, tenemos que andar bien avispados para entender por qué seguir comportándonos así nos llevará a resultados que no nos gustan. Todo tu sistema de creencias te disparará un montón de excusas perfectamente elaboradas que te harán creer que el cambio que persigues no es para ti. Las más conocidas: “yo controlo“, “puedo parar (o empezar) cuándo quiera“, “yo soy así desde siempre”, “es que eso no es para mí“, “es que a mi no se me da bien“, “es que a mi me cuesta mucho trabajo/me da mucha ansiedad/lo paso fatal“, “cuando llegue septiembre, o ahora después de la Navidad, o cuando la abuela fume“.
- Ojo, muchísimo ojo en este punto que nos podemos engañar con suma facilidad. Es importante separar entre consecuencias de nuestras acciones (o pensamientos o emociones, ya sabes) a corto plazo y largo plazo. Si las consecuencias en el corto plazo de dejar de fumar son terriblemente desagradables, para hacerlo bien necesitas centrarte en las consecuencias a largo plazo de mantener esa conducta.
Un ejemplo con la situación contraria y más centrado en tu desarrollo profesional (aunque aprovecharé cada uno de los momentos que tenga a mi disposición para suplicarte que dejes de fumar, recuerda que no puedes vivir sin tí) Voy al ejemplo, que me lío: Publicar contenido propio en redes sociales es positivo para tu estrategia de marca. Cuando, por ejemplo, no publicas un post en Linkedin evitas la ansiedad (en el corto plazo) que te puede dar el juicio público. Solo lograrás impulsarte para pasar a la acción entender que tú estás actuando para obtener las consecuencias positivas a largo plazo y evitar las consecuencias negativas de tus acciones en el largo plazo.
- Todo esto requiere pensar, y a veces, o no tenemos capacidad o no tenemos ganas.
- Si somos capaces de establecer esa relación entre lo que hacemos en piloto automático y los resultados, tenemos que tener la suficiente humildad para dejar de engañarnos y justificarnos y decir: “ale, ya está bien. Hasta aquí”. Si el ego gana a la humildad y a la vulnerabilidad estará esperándote con los brazos abiertos para que sigas recreándote en tu grandeza infinita.
- Si por alguna casualidad llegamos hasta aquí, necesitamos incluir novedades: nuevas conductas (acciones concretas y tangibles en la realidad) y nuevas formas de interpretar la realidad (pensamientos). A veces, no logramos saber cuáles son las que nos van a ser de mayor utilidad.
- Si logramos llegar hasta aquí, tenemos que tener en cuenta que pensar de otra forma y actuar de otra forma diferente a lo que hemos hecho siempre (y está automatizado) es terriblemente agotador.
- La única forma de que esas nuevas conductas y pensamientos lleguen a ser automáticas es pasar a la acción (con es esfuerzo que requiere), repetir (y ahí tienes que tirar de disciplina y de “hacer sin ganas”) hasta integrar (y lo logras convertir, finalmente en un hábito)
Aunque nos cuesta cambiar, debes tener esto en cuenta
Con todo esto encima de la mesa, cuando decidas involucrarte en un proceso de cambio, apúntate esto:
- NO es tan fácil como te lo pintan. Acabas de ver ahí arriba algunos (y solo son algunos) de los motivos. Así que nada de darte caña por las veces que no lo hayas logrado.
- Solo cambiamos cuando tenemos muy claro todo “lo malo” de lo que nos estamos librando y cuando nos recordamos “lo bueno” que estoy consiguiendo. Apúntatelo por todos los lugares que estimes oportuno, pero tenlo muy presente.
- Céntrate en las consecuencias en el largo plazo. En lo bueno que vas a tener y en lo malo que vas a evitar. Pensar en las consecuencias del corto plazo te dejarán en el lugar en el que estás. Esto es clave.
- La anterior es clave. No pases de aquí hasta que no interiorices con tus propios ejemplos basados en hechos reales “como las pelis de la 3” el anterior punto.
- Habla con personas que ya han conseguido el cambio que tú buscas. Lo que han hecho, lo que se han dicho a sí mismos consigue ampliar tu repertorio de conductas. De alguna forma, te ayuda a estructurar tu plan de acción.
- Si el cambio es muy complejo (o las consecuencias negativas ponen en grave riesgo tu salud mental o física) necesitas ayuda. Ayuda profesional. Un coach de la vida con un curso de unas horas no tiene ni la más remota idea de cómo aplicar todo esto que te estoy contando en ti (y con un poco de mala suerte ni siquiera tiene idea de esto) Una buena terapia, un acompañamiento holístico en un proceso de cambio en tu salud, un buen programa de desarrollo empresarial, etc. consiste en esto.
- Una vez que tienes claro: qué hacías y qué pensabas, a qué resultados (positivos y negativos) te llevaba (en el corto y en el largo plazo) y ya has sido capaz de establecer con claridad qué vas a pensar y a hacer ahora y qué resultados positivos vas a querer lograr en el largo plazo y de cuáles negativos te vas a librar en el largo plazo, necesitas tener la fuerza de las mares para ser constante porque te tendrás que tragar con patatas los efectos negativos para ti y tu hermoso cuerpo moreno en el corto plazo. Y no hay más que rascar.
- No hay excusas, la inteligencia superior implica en el contrato (que otras cosas buenas tiene, no nos vamos a engañar) la capacidad de postergar la gratificación y tolerar con éxito la frustración. Ser inteligente tiene mucho de “hacer sin ganas”. En esta entrevista con el encantador Robert J. Samaniego te lo detallo más.
- Cambiar implica ser capaz de hacer cosas diferentes que al principio serán forzadas y poco naturales en nosotros, repetir sin excusas hasta conseguir que las incorpores de forma automática (y ya no sea tan sumamente coñazo)
- En todo este plan, lo normal es que te caigas. Es que un día no lo hagas. Que se te olvide con el estrés del día a día. Todo el sistema social que te rodea está perfectamente diseñado para que no pienses. Y para que tomes decisiones con tus impulsos. Nada ahí afuera está diseñado para pensar en el largo plazo. No te culpes por caer.
- ¿Te he dicho ya que no te des caña por tus recaídas? Pues eso. Cuando caes, no vuelves a la casilla de salida. Vete otra vez a los puntos de arriba. En cada una de tus recaídas, los 9 primeros puntos ya los tienes tocados. Empiezas desde el punto 10. El de la repetición. ¿Has caído? Enhorabuena, eres humano. Es lo normal. Vuelve hoy. Solo por hoy. ¿Qué mañana caes? Ya veremos que hacemos. Tú piensa en lo que vas a hacer hoy.
- Toda esa cantidad de buenos propósitos que te has puesto hace unos días en inicio de año son una BARBARIDAD. ¿Te das cuenta la complejidad que tiene cualquier proceso de cambio? ¿Cómo te vas a meter en tantos a la vez? Vuelve a esa lista, y céntrate en uno. SOLO UNO.
- Lo de los 21 días no tiene ninguna base científica. Si te hace bien pensar que en 21 lo tienes, pues genial. Pero vamos, que es mucho más.
Tengo una newsletter. Pero no es una newsletter. Me desahogo en ella.
Entro en mi trastienda, escupo lo que me ronde en ese momento. Lo comparo con las trastiendas de mis clientes a las que tengo el inmenso privilegio de entrar (al final somos todos muy parecidos) y escribo en mi libreta mágica cosas que me ayudan a mi y que sé que les ayuda a ellos. Sin mucho filtro y sin mucho miramiento.
Cuando acabo, voy a MailChimp, le doy a crear mail, luego a enviar y en unos segundos está en el correo de todas las personas que se han suscrito.
Y como cuando hablas desde adentro llegas muy adentro (y esto es lo único que tengo claro después de tantos años de crear contenido) pues resulta que me contestan. Y se desfogan. Y os desahogáis. Y esto es absolutamente maravilloso.
En la próxima que les envíe les voy a contar cómo hago yo todo esto que te he contado sobre porqué nos cuesta cambiar. La aplicación práctica de estas claves más teóricas que te he planteado aquí. Les va a gustar y les va a servir. Lo sé seguro. Y si no se apañan para cambiar, al menos dejarán de culpabilizarse por ello. Y cuando estén preparados volverán a lar carga. Y si aún así tampoco, entonces pedirán ayuda. Y tampoco se sentirán culpables por ello. Un chollo, vaya..
Si crees que te puede venir bien, te espero (te esperamos) con los brazos (y las trastiendas) abiertos.
Posdata
Una cosa es estar suscrito a mi blog, que es esto que estás leyendo y lo ve todo el mundo que tenga a bien entrar y otra es la newsletter que solo les llega a las personas que están suscritas. Me encantaría que te llegue a ti y por eso tengo que dar la chapa por tierra, mar y aire para que tooooodo el mundo que le pueda resultar de interés, se apunte. Mis amigos Meme Romero y Enrique Cejudo no se inscribieron y tuve que tirarles beef (* Bizarrap pa la RAE ya!) en instagram para que recordaran bien esta distinción jajajajajaja
Es lo que tiene el cambio, que si no te entregas tú voluntariamente a él, se las apaña él para “forzar” tu voluntad. Mejor que nos pille de buenas 😉 ¿O no? Te leo aquí, te veo en redes y te espero en la intimidad de mi newsletter.
En días como hoy, te odio con cariño. Estoy a punto de hacer un examen, sin importancia, para un título que tienen miles de personas, pero por mis circunstancias vitales para mí es mucho más, es todo un desafío al que me enfrento como tu a un viaje en avión. En 2018 decidí que a pesar de la pérdida económica y de seguridad que suponía, dejaba el trabajo que tenía durante 19 años y comenzó una nueva etapa llena de cambios laborales, pero también personales. Aprendo mucho cada día, busco serenidad, pero al mismo tiempo me va la marcha. ¿Alguien entiende lo que digo? Qué bueno que hayas vuelto!
Cuando encuentres la serenidad en perseguir la marcha que te va, ahí le verás el sentido a todo Gracias de corazón!!! Sigue contándome, el mundo necesita a personas cómo tu!!!!
Qué importantes son los cambios y qué necesarios cuando vemos que nuestra vida no se dirige a buen puerto, cuando necesitamos aire y donde estamos no llega, qué importante cambiar y sobre todo que alguien nos dé ese impulso para cambiar.
Gracias Elena, por volver a darnos caña y recordarnos que en nuestras manos está salir de nuestra zona de confort, en nuestras manos está el camino.
La alegría que me das a mi cada vez que te veo dar pasos firmes y bonitos para acercarte más aún al lugar donde quieres estar, es algo que me vuelve loca! Gracias de corazón por estar en mi vida Laura!!
Querida amapola asturiana, a mí tus newsletters me molan mogollón, es como tenerte al lado del sofá contándome tus cosas, que también son las mías pa’ que engañarnos. Cambiar es agotador si no te vas dosificando la rutina , y aún estando dispuesta hay momentos en los que estás más perdía que la madre de Marco.
Yo tampoco soy hija de Jade Fonda, me mola ser regulinchis y remolonear en la cama cuando hace frío. Me apunto en una nota del móvil todas las cositas que voy consiguiendo para recordarlas los días en los que me visita “Mari tormento” con sus mierdas de inseguridades y entonces le planto cara y me vengo arriba. Porque si lo ha hecho una vez, puedo hacerlo otra ¡que tampoco es subir el Everest!
Y también tiro del vamos a pensar poco cuando quiero salir a caminar, hacer mis minutos de gimnasia o irme a nadar, porque sé que como me lo piense me llueven las excusas y una ya se conoce . En fin, que me gusta leerte y disfrutar de ese ratito contigo y conmigo.
Ya no escribo más que no tengo fin y quiero hacer unas sentadillas antes de ducharme, que el culo de la Serena Willians, como el universo, no viene a ti así de repente, que te lo tienes que currar, vaya ♀️
Te abrazo.
Ohhhh ohhh por favor, me muero!! Que cosa tan brillante de ironía, frescura y desparpajo para escribir, me muero! Sin duda superáis mis correos con vuestros comentarios de vuelta, qué alegría tan tan GRANDE leerte (me he reído a carcajadas )
“Hacer sin ganas”… ese va a se mi mantra…porque lo que está claro es que hacer hay que hacer, jajaja… he estado leyendo tus entradas en la newsletter desde el primer día, las he guardado e impreso. No soy de impulsos. Necesito subrayar… resumir, esquematizar antes de pasar a la acción… necesito estrategia también y tus palabras me van dando pistas e impulso… frené en seco y ahora, estoy empezando a conducir otra vez así que me vienes como agua de mayo… hoy mismo voy a empezar a “hacer sin ganas” mi listita de pequeñas y asumibles acciones para salir del aletargamiento….. Un besito guapa y como siempre, gracias.
Oiggg me encanta, me encanta todo. Y tú cuando te marcas objetivitos también!! A por ello y deseando verlos estoy! Un abrazo!!!