Delegar: Los verdaderos motivos por los que nos cuesta tanto.
Puede que pienses que a ti lo de delegar se te da muy bien y, en realidad, se te está dando más regular de lo que crees.
Puede que pienses que a tus equipos les está costando delegar y por eso muchos de tus mandos intermedios van tan sobrepasados y, en realidad, no vas del todo desencaminado.
Trabajo mucho, muchísimo diría yo, con directivos, mandos intermedios y managers en general. Algunos de ellos están, literalmente, aplastados. Por arriba y por abajo. Presión por aquí, llantinas y pataleos varios por allá y a ellos no les llega el aire a los pulmones.
Hay mal factores que inciden en esta realidad que vemos cada día en la organización, pero el melón de la delegación me fascina.
Vamos a abrirlo y a ver cómo nos sale.
¿Por qué nos cuesta tanto trabajo delegar?
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Porque crees que tú lo haces mejor que nadie.
Pam, la primera en toda la boca.
El nivel de exigencia tan bestia al que te sometes (para protegerte del miedo) es tan sumamente alto, que lo aplicas (y, ojo, porque a veces lo haces de forma involuntaria) al resto de personas que te rodean.
La primera clave para que un líder brille es que entienda en su cabeza, sienta en lo más profundo de su corazón y denote con sus acciones que las personas que tiene en sus equipos tienen un potencial como la catedral de Burgos de grande.
Y que ellos aún no lo saben pero que ahí estás tú para enseñarles hasta dónde pueden crecer, cuál es su situación de partida y cuál es el camino para llegar hasta ahí de forma progresiva y sostenible.
No hay liderazgo sin personas que crean con toda su alma en el crecimiento de las personas de su equipo.
Y esas personas con potencial no son mirlos blancos. Son de andar por casa, con sus cosas buenas y sus cosas un poco más regulares. Como tú y cómo yo.
Tú haces muy bien tu trabajo, porque un día alguien te posibilitó el contexto necesario para poder hacer cosas nuevas. Y permitió que tu ritmo fuera más lento, te avisó cuando lo hacías mal y te dio indicaciones para mejorarlo y si tuviste suerte, te dio feedback cuando lo hiciste bien. Gracias a eso creciste, mejoraste, perfeccionaste y hoy obtienes resultados destacados. Enhorabuena. Ahora te toca a ti con otros.
Empieza pensando que lo puede hacer igual de bien que tú y admite que puede que incluso lo haga mejor. Y ahí, justo ahí, cuando veas eso empezará de lleno tu camino para ser un buen líder.
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Porque no sabes cómo hacer para que otros lo hagan igual de bien que tú.
Esto ya es otra historia. Es probable que estés ocupando tu puesto porque hayas obtenido resultados muy destacados en la ejecución de la que quiera que sea tu área profesional.
Peeeeero ese ascenso y ese elevado nivel de competencia técnica, no trae bajo el brazo el pan de la gestión de equipos y el desarrollo del talento.
Así que, empieza a delegar cuánto antes para tener tiempo y energía disponibles para invertir en el acompañamiento y entrenamiento de tus equipos.
Se entrena, se modela, se pone a prueba, se revisa y vuelta a empezar. Esto es lo que hacemos en los procesos individuales con directivos y mandos intermedios en la organización. Palancas de la comunicación, la habilidad social, la inteligencia emocional, el feedback, la modificación y entrenamiento de competencias profesionales puestas a tope para que seas el líder capaz de diseñar espacios de experimentación y prueba en las que ellos asuman cada vez más funciones de elevada complejidad (las tuyas) y tú puedas dedicares más tiempo a ellos y a pensar.
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Porque sientes que no tienes tiempo para conseguir que otros lo hagan igual de bien que tú.
No es tiempo. Con el tiempo solo hay una certeza, que nunca es suficiente. Busca tu causa en el alguno de los otros puntos. (Si estuviéramos jugando al Monopoly ahora mismo soy el policía que te dice aquello de “vuelva usted a la casilla de salida”)
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Porque si dejas de hacer lo que mejor sabes hacer, tu ego se pone en guardia.
Esto sí, esto vaya si nos sacude.
Mira, ocupar un puesto de responsabilidad es difícil. A veces, hasta es una faena.
Coincide que hasta ahora siempre has sido bueno en lo que hacías, y te lo han dicho. Sabías que gustabas y que prometías. ¿Y ahora? Ahora no tienes ni idea de qué es exactamente lo que tienes que hacer. Porque nunca lo has hecho. Y porque nadie te ha formado para ello. Y resulta que confían en ti más que nunca, te pagan más que nunca y tu inseguridad ha crecido más que nunca.
¿Qué hace el ser humano inteligente como ninguno en su especie?
Aferrarse a lo que le da seguridad. Y querido y querida que estás al otro lado de la pantalla mirándome con cara de… ¡suéltalo ya, por Dios!... te da seguridad aquello que mejor sabes hacer. Aquello por lo que promocionaste, aquello por lo que te valoran, aquello que te da seguridad. Y aquello por lo que ahora ya no te pagan.
Y aquello por lo que ahora ya no te pagan.
Vamos juntos a explorar lo nuevo, hasta que te sientas cómodo, hasta que ya no pese tanto. Conseguir esto pasa por incrementar al máximo tu competencia para delegar, para llevar a tus equipos a elevar sus competencias y que ofrezcan los mismos buenos resultados que tú conseguías.
Ya no puedes hacerlo tú, pero ahora los tienes a ellos. Lo debes seguir consiguiendo pero a través de ellos y sin ejecutar tú (porque vas a reventar y lo sabes) y sin pretender llegar a dónde ellos no llegan (porque vas a reventar, y lo sabes Parte II)
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Porque no tienes apoyo estratégico en la dirección para hacer que tus equipos crezcan ni para delegar.
Y esto sí es un problemón. La respuesta fácil a esto es: huye, vete lo más rápido que puedas de ahí.
La complicada es: trata de hacerle ver todo esto a tu dirección. Enséñales a ver qué dónde tu aportas más valor es conseguir que tus equipos eleven su capacidad para obtener muy buenos resultados pero que ese proceso de aprendizaje es justamente eso, un proceso. Y, por tanto, lleva tiempo y asunción de errores. Y, a veces, hay que perder un poco de ritmo para luego conseguir ganar mucho más.
Y si esto no funciona, que ya nos conocemos… Háblales de los costes. De la rotación de los equipos asfixiados porque nadie llega a nada del todo bien y eso genera un dolor llamado estrés insostenible, háblale de la perdida de cualquier posibilidad de innovación y de desarrollo y de cómo la competencia os va a pasar por la derecha (llevándose a vuestro mejor y habitualmente más quemado talento) y háblale de los costes de tu baja por enfermedad (o de la suya si tienes mucha confianza) como sigáis así.
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Porque vais como pollo sin cabeza. Hacer, hacer y apagar fuegos. Y no hay estrategia a largo plazo. Y así no se puede delegar.
Este está, como ves, muy relacionado con la anterior, a veces no es solo que no lo vean, es que estamos sobrepasados por la misión. Por lo que hacemos hoy para dar respuesta a las necesidades de la organización.
La visión, el a dónde queremos llegar se nos queda en los Excel, en los OKRs, en los cuadros de mando, en los papeles y en el olvido. El peligro es inminente, todos los veis y ninguno dice nada. Tan doloroso es, llegado el momento del choque, estar en el grupo de los del “te lo dije” o en el de los que siguen tocando cuando el barco se está hundiendo. Pongámonos manos a la obra para virar con tiempo suficiente de esquivar el iceberg.
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Porque crees que así vas a ahorrar tiempo y vas a llegar a todo.
Hay gente que cree en el unicornio y en pedir al Universo con fuerza que las cosas sucedan. Por poder, puedes creer en lo que tú quieras.
Pero tu ineficacia para delegar lo único que te va a traer es peligro para tu posición, un nivel de estrés que va a ir acabando contigo lentamente, descontento por arriba, por abajo y en tu casa, ganas de huir y/o de mandar todo al garate. O todo junto.
BONUS: Nunca vas a llegar a tiempo y jamás vas a llegar a todo.
Tú solo nunca. Tú con tus equipos puede. Vamos a por ello.
Cuéntame en los comentarios o por mail tu verdadero motivo por el que te está costando delegar y si es diferente lo añadimos en el post.
Si necesitas acompañamiento en este camino para ti o para algunas posiciones clave de tu organización, aquí estoy a tu disposición. Me encanta poner orden justo en este punto. Los beneficios son increíbles.