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Currículum ciego: ¿me lo dices en serio?

Currículum ciego: ¿me lo dices en serio?

El Gobierno prepara un programa piloto de currículum sin foto y nombre como lucha contra la discriminación .

Este es el titular de la noticia que leí la semana pasada y que hoy necesito compartir contigo:

http://www.elperiodico.com/es/noticias/economia/gobierno-quiere-introducir-los-curriculums-ciegos-espana-5804902

Por si te da pereza, te hago resumen:

“Desde el Gobierno, se plantean que los procesos de selección se realicen con un  currículum ciego, es decir, sin fotografía, sexo, nombre y apellidos. Es lo que tratará de promover el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad a través de un «programa piloto» para luchar contra la discriminación laboral”

A ver, déjame que coja aire porque aún tengo la cara torcida. Ciegos estamos nosotros. No nuestros currículum.

La noticia me parece tan disparatada como si leyera que nos planteamos seriamente el uso de tiritas de colorines como mejor medida para luchar contra el acoso escolar.

Por favor, vayamos más allá en nuestros razonamientos.

¿Qué vamos a lograr exactamente con qué en un currículum no haya esos datos? ¿Superar un primer filtro? ¿Qué va a pasar en el segundo?

Un pasito más…, si nos encontramos ante una empresa llena de estereotipos (por decirlo finamente) y no quieren contratar a una mujer… ¿qué le vamos a sugerir a esa candidata cuando llegue el día de la entrevista y se destape el pastel? ¿qué se espera exactamente de ella? Es más, ¿qué es exactamente lo que tiene que ocultar? De verdad que no me queda claro.

¿Qué hacemos con la edad? ¿Y si a nuestro querido seleccionador no le va que yo sea asturiana? ¿Qué medida me planteará entonces el gobierno?

Cuando esta “solución” les falle (porque nadie duda de que el monstruo sigue ahí si cerramos los ojos ¿verdad?): ¿que nos van a proponer que hagamos en la siguiente fase del proceso? ¿Acudiremos con un antifaz, un saco en la cabeza y unas túnicas que impidan intuir ciertos rasgos característicos de hombres y mujeres de los que prefiero no acordarme?

Seamos serios.

¿No será mejor trabajar en la identificación de dichos prejuicios y trabajar con ellos desde la raíz?

Por ponerlo más fácil, ¿no será mejor que aprendamos de una vez la diferencia entre hacer entrevistas (por un profesional con un alto componente de formación en el desarrollo y la gestión de personas y especializado en el comportamiento de las personas dentro de las organizaciones)  y hacer preguntas (susceptibles de ser hechas por cualquier persona con capacidad para producir palabras)?

A nadie se le ocurriría  ponerse en mis manos para que le ponga una bonitas mechas californianas ¿verdad? (¡no lo hagas en tu vida, el resultado sería nefasto!) Entonces, ¿cuál es el motivo por el que seguimos depositando la gestión de lo más importante de nuestras empresas en personas que NO saben ni están capacitados para realizar ese (dificilísimo y cargado de responsabilidad) trabajo?

Ay si, que se me olvidaba…, es cierto que tooooodo el mundo tiene “mucha psicología” y que ellos tienen la verdad absoluta sobre la gestión y el desarrollo de personas por aquello de “la universidad de la vida” (juro que cada vez que escucho estas dos frases me dan ganas de salir corriendo despavorida)

¿Cómo solucionamos que haya entrevistadores que con tu currículum delante te sigan preguntando abiertamente si tienes pensando tener hijos? ¿Cómo arreglamos que esto te lo pregunten millones de veces más si eres una mujer? ¿Cómo hacemos ver lo aberrante que resulta que te miren con cara de póker cuando les dices que independientemente de que tengas hijos o no cumplirás sobradamente con tus funciones y que eso es lo único que realmente debe importarnos a ambos?

¿No será más factible que confiemos la incorporación de personas en nuestras empresas a aquellas personas que estamos capacitadas para identificar talento, ganas, motivación, competencias, aspiraciones, ilusiones (o todo lo contrario de estas cualidades)?

En definitiva, ¿no crees que cuando eres capaz de discriminar y poner encima de la mesa el conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes que una persona tiene que tener para un puesto la opción de discriminar por cuestiones tan arbitrarias como tu año de nacimiento, tu par de cromosomas o el lugar en el que hayas venido al mundo va perdiendo papeletas?

Otra vuelta de tuerca… ¿realmente me interesa depositar mi carrera profesional, mi confianza, mi tiempo y mi talento a una empresa que tiene que taparse los ojos para detectar mi potencial para un puesto? Tengo que gritar… ¡sorpresa! cuando llegue a la entrevista y vean que soy una mujer. O cualquier otro de los supuestos a los que hace alusión la noticia…

¿Me voy comprando un distorsionador de voces por si me llaman para la entrevista por teléfono y mi voz femenina me va restando puntos?

No y mil veces no.

Quiero una empresa en cuya política de atracción de personas prime la identificación y la valoración del talento por encima de todo, quiero una empresa a la que más allá de mis atributos (los que sean) sólo le interese detectar que soy una persona en la que pueden confiar sus problemas y que estos se verán resueltos si yo me incorporo allí gracias a las competencias que seré capaz de poner en marcha.

Quiero una empresa que confíe la incorporación y la atracción de talento a un profesional. Si confía lo más importante de su empresa al azar ¿qué hará con el resto de la gestión? ¿cómo será mi vida en esa empresa?

A la empresa que quiera mi tiempo y mi talento, no debe importarle ni mis años, ni el color de mi pelo ni el tamaño de mis pies. Definitivamente no.

¿Todo a un sólo papel? ¿Le vas a seguir confiando tu futuro a tu currículum?

Por último y esto ya es para nota, yo no me la jugaré a lo que un simple papel diga de mí nunca más. Tendré un curriculum y procuraré que sea un muy buen CV. Pero hasta ahí. Tomaré las riendas de mi desarrollo profesional. Es mi responsabilidad. Trabajaré y me esforzaré para comunicar quién soy y qué puedo hacer por ti a nivel profesional. Tengo mil herramientas al alcance de mi mano para hacerlo. Te enseñaré mi propuesta de valor cada día, lograrás detectar mi actitud, mis conocimientos, mi ilusión, mi fortaleza, mis habilidades sociales, mis dotes para la comunicación, mi manera de ser, mi esencia, en definitiva. Y lograré que cuando tú (empresa o cliente que ve más allá de todos estos sesgos) me conozcas, te guste tanto que te traiga al pairo si soy mujer, si tengo empastes en las muelas o si nací en Orejilla del Sordete.

Y yo me iré contigo, porque para los dos, habrá merecido la pena y juntos haremos cosas para que este mundo sea un poquito mejor.