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Busca qué trozo de tu capa puedes compartir con los demás: Pregón de San Martín, Moreda de Aller 2020-2021

Hay días que, mucho antes de que lleguen, sabes que van a pasar a formar parte de la historia de tu vida. un bicho decidió que yo tendría 485 días y las mismas noches para saborear, disfrutar, pensar, celebrar y morir de nervios y emoción con la llegada de este día. Y llegó. Aquí lo tienes, por si sientes que algún trozo de mi capa, te puede venir bien.

Elena Arnaiz Pregón Humanitarios

Si haces clic en la foto, puedes ver el pregón

Excelentísimo Señor Alcalde de Aller, Juan Carlos Iglesias; Señora Presidenta de los Humanitarios de San Martín, Esperanza del Fueyo; Miembros de la Junta directiva y socios de la Hermandad; demás autoridades civiles y eclesiásticas; y, sobre todo, queridos moredenses aquí presentes y a todos los moredenses de nacimiento y de corazón que hoy nos acompañáis en streaming, ¡hola! y ¡gracias!

Esto que acabo de leer es la única parte fácil de la preparación de este pregón. El saludo, el agradecimiento, muy bien. Acabado este párrafo solo recuerdo sudores fríos y mente en blanco.¿Cuáles son las primeras palabras ante semejante reto? ¿Cómo se empieza un pregón que implica tanto para mí en lo personal y en lo profesional? ¿Cómo devuelves en forma de palabras tanto amor por esta fiesta y por sus valores? ¿Cómo tanto agradecimiento por pensar en mí para entrar en la historia de la fiesta de los Humanitarios como pregonera? Lo digo ahora en alto y aún no me lo creo.

Soy psicóloga. Llevo ya más de 15 años sentándome en frente de personas para ayudarles a conseguir que mejoren en sus puestos de trabajo o en sus carreras profesionales. Llevo muchos años hablando con personas que, debido a los grandes retos a los que se enfrentan, solo recuerdan sudores fríos y mente en blanco cuando tenían que dar el primer paso. Sí, eso que hoy me pasa a mi. “Estoy muy nerviosa“, le decía todos estos días de atrás a todo el que me preguntaba por el pregón. Hablo con mucha frecuencia en público, todo el mundo me dice: “pero si esto es lo tuyo; si das conferencias por medio mundo, anda, anda, que lo vas a hacer muy bien”. “Pero es que no es lo mismo, decía yo”. Que esto ye en el mi pueblu. Que me conocen desde guaja, que están les mis amigues de toda la vida, que está mi madre, valiente como ninguna, ahí sentada. Que hemos conseguido que el mi hermanu vuelva por San Martín después de 29 años. Y mi familia, siempre arropándome cuando más lo necesito. El miedo, la inseguridad, la sensación de que no vamos a poder nos invade cada vez que nos enfrentamos a un reto nuevo. ¿Y sabéis por donde empiezo siempre a trabajar? Por los demás.  Por lo que les podemos dar a los demás con lo que sabemos hacer.

Los demás

Cuando no encuentras la salida, cuando las cosas se ponen complicadas, la solución no está en mirar para uno mismo…, bien saben los Humanitarios de esto. La solución, viene de tender la mano a quien más falta le hace. Es lo que hizo San Martín, el patrón del nuestru pueblu y quien “apadrina” nuestra iglesia. Todavía vivía Don Custodio…, de aquella, no sé si os pasa a vosotros también, la iglesia me parecía enorme… y a San Martín lo veía muy lejos, ahí arriba. En fin, el mensaje era fácil de entender hasta pa una guajina de aquellos años. Nací en el 80, así que echai la cuenta. Un soldado que parte en dos su capa para darle la mitad a un mendigo. Mira a ver quién no tiene tanto como tú y reparte. Así que, aquí vengo, a ver si algún trozo de mi capa le puede abrigar a alguien, ahora que estamos en mitad del otoño, ahora, que en otro contexto que no es el clima, el frío empieza a hacerse insoportable. Y más que va a venir.

Los pueblos los hacen las personas. Por eso, la primera invitación que hoy os quiero hacer es seguir con el legado que nuestros humanitarios, en memoria de San Martín, nos ofrecen: busca qué trozo de tu capa puedes compartir con los demás.

Y, ¿qué necesitan?

Esta es la segunda gran pregunta que suelo hacer. ¿Qué necesita el mundo de nosotros? ¿Qué necesita de los moredenses?

El mundo necesita cooperación. Y si no que se lo digan a las mujeres que, en el tiempo de máxima incertidumbre durante la pandemia, se lo pasaron cosiendo mascarillas y que, también por eso, hoy reciben su distinción. Gracias.

El mundo necesita belleza. Y no solo de esa que se ve a simple vista, si no de esa otra que perdura, de la que está hecha con nuestros gestos, de gestos generosos.

Como la belleza que ha demostrado la nuestra xana…, ¡a ver qué chavalina de la su edad diz que sí a ser xana en un año como el pasado, tan particularmente deslucido para ella!Solo por eso Paula, el brillo que ya tienes, se hace aún más potente.

El mundo necesita cultura, necesita arte, necesita creatividad. Cuando la realidad se vuelve ciencia ficción, la necesitamos más que nunca. Toño Velasco, nuestro pintor, gracias también, nos regaló a esa asturianina dándolo todo y bailando con las circunstancias que le han tocado vivir. Como hizo nuestra presidenta Esperanza el año pasado intentando todo lo que estaba bajo su capacidad de maniobra para  celebrar lo que se pudiera celebrar, para hacer lo que se pudiera hacer, tal y como lleva haciendo en sus más de 20 años asumiendo esta responsabilidad.

Pregón Moreda de Aller Elena Arnaiz Toño Velasco

Toño Velasco, pintor del cartel Humanitarios de San Martín 2020-2021

El mundo también necesita personas que den un paso al frente. Que asuman el liderazgo. Y sí, es una indirecta. Bueno, más bien directa. Personas que asuman responsabilidades, riesgos, que hagan algo diferente. Que desde la barrera to se ve muy fácil, luego hay que venir aquí y pónese.

El mundo necesita de Moreda vocación de servicio. ¿Cómo podemos ayudar a que la vida de este pueblo sea mejor? ¿Cómo podemos contribuir? ¿Cómo podemos hacer que la gente quiera venir aquí? ¿Cómo podemos generar negocio?   Necesitamos centrarnos en cómo dar y dejar de pensar en lo que nos han quitado.

El mundo necesita tranquilidad. Serenidad. Cuando, después de andar por ahí a toda leche, llego a casa, a mi casa de aquí, todo vuelve a un ritmo que da serenidad a mi cerebro. Hasta la cadencia de la sidra que me escancian parece contribuir a bajar el ritmo. Nos sobra capacidad para dar serenidad. Vamos a ofrecerla ahí afuera.

El mundo necesita honestidad. En un momento de relaciones fugaces, superficiales, en muchos casos vacías que tanto daño hacen a las personas, se agradece llegar aquí y que cuando te digan que sí sea sí y cuando te digan no sea no.

Amor, amabilidad y humor.  Ese humor negro, irónico, que tan bien nos representa y que tan poco se entiende cuando pasamos El Negrón. También eso necesitan de nosotros.

¿Qué tenemos para dar respuesta a todas estas necesidades?

Madre mía, tenemos el legado de unos hombres y alguna muyer que se metían hasta 400 metros debajo de tierra cada día para arrancar carbón. Que ahí abajo, si no había trabajo en equipo, había muerte. Que ahí abajo se entendía muy bien la diversidad. Daba igual que fueras de Moreda de Arriba de to la vida o que estuvieras recién llegado de Badajoz, de Oporto o de Polonia un poco más tarde. Allí no había etiquetas, allí solo había cabida para darlo todo con lo que había y en las peores circunstancias. Allí solo había personas. Personas que levantaban la cabeza una y otra vez. Cuando luchaban por su seguridad laboral, por sus condiciones, por el futuro de los sus fíos y por no derrumbarse cuando, al día siguiente de sacar a su compañero muerto, tenían que volver a meterse allá. Y les sus muyeres a la ventana. Aún recuerdo el suspiro de alivio de mi madre cuando veía aparecer a mi padre por ahí por donde el súper. Sabía de memoria los minutos que tenían que pasar desde que sonaba el turullu del siguiente turno. Y cómo le cambiaba la cara cada vez que no llegaba a la hora.

Venimos de ahí.

Todos, de una forma directa o indirecta, pero si has vivido en Moreda, si sientes este pueblo como tuyo, hemos mamado eso.

¿Y aún nos preguntamos que qué tenemos?

¿Aún agachamos la cabeza cuando dicen por ahí que estos de les cuenques somos muy burros? Muy burros, muy travesaos y a mucha honra. A muchísima.

Pero también necesitamos ser flexibles. Ampliar la visión. Durante mucho tiempo tuvimos la riqueza aquí debajo y, ahora que la tenemos a la altura de los ojos, ¿no somos capaces de verla?

 A veces, sí la vemos, pero no la valoramos. Y tienen que venir a decírnoslo desde fuera. Y ni con esas…, tampoco les creemos. Lo mismo les pasa a mis clientes con su talento, con su capacidad para reconocer en qué son buenos. Lo mismo que les digo a ellos, os lo digo hoy a vosotros: de tanto ver nuestra belleza, nos acabamos acostumbrando a ella. Por eso, volvamos a mirar la potencialidad de este pueblo, de los mil millones de verdes, de estos valles, de estos montes y de toda su historia.

Vuelve a enamorarte de él y luego vete pregonándolo, nunca mejor dicho, a los cuatro vientos.

Por aquello de ser la única pregonera pospuesta en la historia (si no lo digo, reviento) empiezo yo:

  • Nuestro pueblo está enclavado en un entorno único.

Rebosamos belleza. Punto, aquí no hay discusión.

  • Venimos del trabajo duro.

En todos los pregones a los que me llevaban desde pequeña en el cine María Eugenia y, más tarde en el antiguo colegio, y de los que no entendía ni una sola palabra (si hay por aquí algún guajín, que me perdone) se repetía la misma palabra: crisis. Ya llevamos años de entrenamiento. Utilicemos también esta ventaja.

  • Salir adelante cuando el contexto te lo pone fácil no tiene mérito, es lo normal, es lo esperado.

La verdadera grandeza está en salir cuando la cosa se pone cuesta arriba. Ahí es cuando debemos mirar al pasado para tomar ejemplo de las cualidades y los valores de los que pasaron primero (que, ¡ojo!, tampoco lo tuvieron fácil) y lanzarnos con fuerza al futuro. Hoy no hay nadie en el planeta que tenga la certeza de que le va a ir bien, vivir en esta extrema volatilidad nos obliga a mirar con rapidez qué tenemos para ponerlo en valor y obtener así un beneficio. No perdamos más tiempo.

¿Que qué tenemos?

Este pueblo está plagado de personas con talento.

Yo, que no hay una sola formación, conferencia o cliente al que no le diga con orgullo que soy de Moreda, de Moreda de Aller, por si hay dudas (y tengo por aquí testigos de ello), suelo recibir un… Madre mía, ¿pero qué agua bebéis ahí oh, que tenéis tanta persona ilustre para ser un pueblo tan pequeño? Después del correspondiente repaso y aclaración de que Moreda no es un pueblo pequeño (lo busco en Google y todo si hace falta), después de desmentir que haya vacas por mitad del pueblo, si hay alguien de fuera y después de decir que como diga sidriña en vez de sidrina van a tener que traerme una pastilla…, hago balance y digo:

pues sí, tenemos desde un actor hasta un rector, desde mujeres que presiden Hunosa y el Idepa hasta una soprano que canta como los ángeles por todo el mundo, decanos y profesores de Universidad, pintores y escultores, profesionales muy vinculados con la Fundación Príncipe y Princesa y hasta un peluquero internacional; psicoesteta, para más señas.

Talento del que de verdad importa, del que se ve en la calle.

No nos falta innovación, no nos falta talento, porque estamos críaos con el talento que de verdad importa, el que se ve en el día a día a pie de calle. Yo me quedo con muchos valores que he visto aquí y que procuro aplicar en mi día a día: la sonrisa de Tista, el helaeru. No hay guaje de esti pueblo que te pueda hablar mal de él, y mira que había que day pa aguantanos, siempre una sonrisa. Julio el churrero, con su carácter recio de León pero con auténtica vocación de servicio, de Jose Argelio, o de Jesús Álvarez Feito liderando y ejerciendo desde dentro y desde abajo, seguro que os acordáis también de La Mundina al pie del cañón, colocando les cajes de la fruta bien temprano lloviera o tuviera el día chornosu. Allí estaba. ¿Y que me decís de Fifi o de la Rubia? Y de Caneco con su inolvidable que San Martín se lo pague y que buen provecho le haga. Tenemos mil ejemplos de buen hacer. Si lo de estos no ye esa Marca Personal de la que tanto hablo yo en escenarios de toda España, que baje Dios y lo vea.

Cuando dudemos, cuando lo veamos negro, miremos pa atrás, y busquemos qué cosas concretas hicieron ellos. A veces, la mejor forma de buscar soluciones a los problemas actuales o el mejor modo de ver el futuro está en mirar para atrás, pero no para recrearnos en la queja, sino para encontrar… la inspiración.

Humanitarios San Martin

Y esto, el valor de esta foto y de lo que representa, es incalculable.

Llevar nuestra atención a los demás, a lo que necesitan de nosotros y a eso que tenemos que les puede ayudar nos ayuda a identificar quiénes somos. Y, mejor aún, quiénes queremos ser.

Somos hospitalarios.

Mañana, cuando pongamos la pota de les fabes encima de la mesa, no habrá nadie allí sentado que no se sienta en su casa. La magia de la nuestra fiesta ye esa. Que no hay nadie que se sienta de fuera, o fuera de lugar. Que los integramos, los acogemos con gusto. Que mañana presumimos de pueblu, de la fiesta y del santu. que honramos a nuestros antepasados vistiendo como ellos, que engalanamos nuestras ventanas y que estamos más guapos que nunca por dentro. Cierto que la sidra también ayuda a esto, claro.Se trata de que cada año, cojamos la energía de San Martín, esa fuerza ancestral que viene no de ningún espíritu raro y oscuro, sino del gesto de una persona de carne y hueso y que nos sirva para replicar ese orgullo día tras día.

 

Pregón Elena Arnaiz Ana Reyes

Con Ana Reyes, dando muestras de que quién viene a la fiesta, es ya de Moreda para siempre

Porque somos fiesteros, fiesteros somos un ratu.

Solo quien trabaja duro, tiene la capacidad para vivir con intensidad y alegría la fiesta.

Somos luchadores.

Cuando me preguntan… ¿tú no te cansas de tanto viajar, de ir a tantas ciudades? No, cansar cansaba trabayar en la mina, lo mío es otra cosa. Utilicemos esa capacidad de sacrificio para ir con todo.

Somos supervivientes.

Vivir de cara a la muerte es lo único que te permite aferrarte con fuerza a la vida. Vivamos con fuerza.

Somos las personas de las que venimos.

Los que están con nosotros y los que ya no están. Mirad, cuando en junio de 2020 vi en el teléfono Esperanza Humanitarios llamando… dije… ¿Ay madre!, por un momento, se me pasó por la cabeza, y dije..¡ay Dios mío… mira que si ye pa…! No no, Pero sí, ¡¡Y fue!! Y sí. Fue. ¿Quieres ser la pregonera de este año incierto?  Me dijo. Necesitamos tu energía. Fue tan bonito. Fue un 24 de junio, un día de San Juan, y un día del cumpleaños y el santo de mi padre. Fue el mejor regalo que nadie le pudo hacer nunca. Gracias Esperanza, y gracias Humanitarios por esto.

Ser pregonera pospuesta tiene su ventaja. Vivió la noticia el año pasado con muchísima alegría y este año está viendo todo en posición privilegiada y en compañía única. La única forma de cambiar dolor por amor es dejar de pensar en nosotros para centrar nuestra energía en cómo les gustaría a ellos que viviéramos nosotros. A mi me sirve. Os invito a hacer la prueba. Disfrutemos, brindemos y bailemos por todos los que hoy no están, al menos en la forma que conocemos. Esta es la mayor muestra de respeto a su memoria, a su legado y a la vida.

Pregón Humanitarios San Martin

Sin ellos, nada.

Una última idea, solos no funcionamos bien. Cuando trabajamos y compartimos juntos, como San Martín nos enseñó y como Humanitarios que somos, todo empieza a ir mejor. Y, entonces, aquellos sudores fríos y mente en blanco que os decía al principio se convierten en calor. En calor aquí.

Me gusta decir que somos la suma de las personas que ayudamos a brillar.

La ocasión de hoy merece una adaptación… algo así: recordad siempre que los Humanitarios somos la suma de los moredenses que ayudamos a brillar.

Puxa Moreda de Aller.

Puxa Los Humanitarios.

Y, sobre todo, pensé que nunca llegaría este momento…

¡Puxa San Martín!