¿Qué tengo que tener en cuenta para elegir a mi psicólogo?
No es fácil. Y no es como en otras disciplinas. Y lo que le sirvió a tu amiga a lo mejor no te sirve a ti.
Y con estos tres criterios, entiendo que enfrentarse a Google o un listado de psicólogos para buscar al profesional en quién vas a confiar aspectos, cuando menos, delicados sobre ti se te pueda hacer bola. La cosa se complica si has tenido primeras experiencias no muy satisfactorias.
Aquí tienes algunas consideraciones antes de tomar la decisión.
Que tenga el título.
No es broma. Que lo tenga, que tenga licenciatura o grado en Psicología.
No en otra cosa, no un titulín con nombres neuroraros. No vale la Universidad de la Vida. Ser coach no es ser psicólogo. Hay psicólogos que, además, son coach. Pero que seas coach no quiere decir que seas psicólogo. No dejes tu salud en manos de personas que creen que saben, pero no.
Que esté especializada en lo que tú tienes.
Si te duele una rodilla vas a un traumatólogo. Pero de entre todos los traumatólogos, vas a los que están especializados en las rodillas. Pues con esto igual.
Si tú tienes un trastorno de alimentación, yo (aunque sea psicóloga) nunca seré tú mejor opción porque no es mi especialidad. Si algo va mal en tu relación con tu área profesional, o con tus equipos dentro de la organización, un psicólogo especializado en orientación escolar no será tu mejor opción y profesionales de mi especialidad estaremos a tu entera disposición. Por eso, el que le valió a tu amigo a lo mejor no es el más adecuado para ti.
Que su forma de acercarse a resolver tu problema esté acorde a lo que tú esperas y a lo que necesitas.
Y aquí está el punto en que la cosa se complica. Y que tú tengas información, te dará mayor capacidad de maniobra. O al menos, saber un poco por dónde te van a venir.
Esto es importante: existen diferentes teorías y corrientes psicológicas. Para que nos entendamos: dentro de lo que hoy conocemos como Psicología (piensa que tiene poco más de 100 años) hay diferentes formas de acercarse, estudiar, entender e intervenir sobre lo que te ocurre.
Así que hay más corrientes que días tiene el mes. Y en función de esa corriente que siga el psicólogo con el que tú trabajes, todo será muy (o bastante) diferente para ti y para tus resultados y posibilidades de mejora.
¿Adivinas cuál es el problema de esto?
Que, para mí, mi corriente psicológica es la mejor. La más adecuada para resolver todos los problemas.
Y para mis colegas, de otras corrientes, la suya es la más adecuada. Y así te lo vamos a transmitir a ti.
Y tú tienes derecho y deber de saber qué tipo de terapia y desde qué enfoque van a trabajar contigo. Y tu psicóloga tiene la obligación de contarte, explicarte qué enfoque está utilizando contigo y asegurarse de que estás entendiéndolo (pero como no siempre es fácil, a veces, nos lo saltamos).
Y también es importante que sepas que si estáis trabajando desde un enfoque y no te va bien (sabes que no te va bien porque tras un tiempo tu vida no mejora en absoluto), puedes y debes cambiar.
Y que puesto que hay tantas corrientes, no podemos generalizar. Es decir, si una vez un psicólogo a ti (o a alguien de tu familia no pudo ayudarte, no quiere decir que todos los psicólogos ni todas las corrientes sean igual de ineficaces) Esto es muy importante también. Porque perder la esperanza, es perder vida.
En resumen, que si tú no estás informado de las diferentes corrientes psicológicas que existen y en dónde van a poner el foco con tu caso concreto, no vas a tener una toma de decisiones suficientemente madura en la elección del profesional en el que confiar. Y yo no quiero eso para ti. Pero tampoco puedo darte un chapazo criminal sobre tooooodas las terapias existentes ni que te conviertas en un estudiante de primero de Psicología antes de tomar tu decisión.
Así que pese a que es tremendamente complicado de sintetizar y muy arriesgado hacer lo que voy a hacer, me lanzo.
Me estoy jugando la cabeza porque no te haces idea de las guerras que se gastan algunos psicólogos con esto de las corrientes (algo así como con el futbol, pero aplicado a este campo). Cualquier acercamiento a intentar explicártelas lleva sesgo personal incluido (porque reducir el corpus teórico que sustenta cada corriente a algo que quepa en un post sin meter mil sesgos es sobrenatural)
A mi me mueve serle fiel a mi propósito de contribuir a que las personas accedan a recursos e información que les permita mejorar su salud mental.
Y, a riesgo de que alguno de mis colegas me queme en la hoguera por simplificar hasta el extremo, pienso que para ti es mejor entender estas ideas simples que te lanzo aquí en torno a las diferentes corrientes psicológicas existentes que no entender absolutamente nada.
Así que allá voy. He optado, como siempre, por irme a la versión más simple.
*NOTA para psicólogos de piel fina que estén leyendo esto: PERDÓN.
Perdón. Otra vez. Por la simplicidad extrema y por todo lo que sé que me dejo en el tintero. Pero es la única forma de hacer llegar una idea mínima a las personas que puedan necesitarnos, sin incurrir en mis propios sesgazos (que los tengo y a mucha honra ;)). Si te apetece introducir alguna aclaración que pueda arrojar más luz a quién no sea psicólogo, más que bienvenido estás. Si echas en falta tu corriente, sigues el mismo esquema, me lo pasas y lo incluyo. Perdón pero también GRACIAS 😉
Psicofarmacología.
Piensan que lo que te pasa tiene más que ver con tu cerebro.
Se acercan a intentar resolver… a través de los psicofármacos.
Psicoanalistas.
Piensan que lo que te pasa tiene más que ver con… algo que ocurrió en tu pasado y de lo que no eres del todo consciente.
Se acercan a intentar resolver… hablando mucho mucho mucho de lo que te pasó.
Conductistas.
Piensan que lo que te pasa tiene más que ver con… lo que haces y las consecuencias (agradables o desagradables) de lo que haces.
Se acercan a intentar resolver… modificando tus conductas a través de refuerzos, castigos y condicionamientos.
Cognitivistas.
Piensan que lo que te pasa tiene más que ver con… lo que piensas.
Se acercan a intentar resolver… reestructurando tus pensamientos.
Cognitivo-Conductual
Piensan que lo que te pasa tiene más que ver con… lo que haces y con lo que piensas.
Se acercan a intentar resolver… modificando tus conductas y reestructurando tus pensamientos.
Humanistas
Piensan que lo que te pasa tiene más que ver con… lo que eres y con lo que esperas de la vida.
Se acercan a intentar resolver… analizando la forma en la que consigues desplegar tu potencial y llegar a tu autorealización y el sentido que tiene para ti todo eso.
Sistémicos
Piensan que lo que te pasa tiene más que ver con… lo que eres y la forma en la que te relacionas con los demás.
Se acercan a intentar resolver… la forma en la que te relacionas con los demás y la funcionalidad que tiene en tu vida.
Terapias Tercera Generación / Terapias Contextuales
Piensan que lo que te pasa tiene más que ver con… el contexto y como te influye.
Se acercan a intentar resolver… la forma en la que aceptas tu situación y el compromiso que estableces para contigo.
Un poco de todo. Eclecticistas.
Piensan que lo que te pasa tiene más que ver con… la mezcla de muchos factores.
Se acercan a intentar resolver… utilizando aquellas terapias que crean que consideren que a dar mejor resultado en función de lo que te ocurra.
Dos pinceladas de cada una. Hay muchas más. Si pinchas en el título de las que te encajen más te lleva a la Wikipedia. Y con esa mínima información, si te apetece saber más de alguna te paso bibliografía de divulgación que te pueda ayudar más (ésta ya con más rigor, que la wikipedia y yo con este artículo, estamos regulinchis…)
PISTA: Te ayudará saber cuál es la corriente del profesional que escojas, echar un vistazo a la formación de especialización que tiene, sus masters, etc.
Que con toda esta información, iniciéis el proceso y conectéis.
No es fácil, no ocurre siempre, pero lo que está claro es que no hay proceso terapéutico si no hay confianza.
No sé cómo empiezas a confiar tú en alguien: yo necesito ver un mínimo de bondad (algo así cómo que me mira, me sonríe, es amable conmigo, hace que me sienta cómoda, le preocupo yo y mi salud mental más que mi dinero y percibo que confía en mí), necesito que mis valores estén alineados con los suyos (o, al menos, que no perciba su juicio sobre ellos). Piensa en qué aspectos son fundamentales para ti.
Tal y como te lo he pintado, sé que estás pensando que es más difícil dar con tu psicólogo que con tu pareja.
No sé si es tanto como esto, pero si quiero que te quites culpa si ves que no va. Que pueden ser mil cosas, que no todas son responsabilidad tuya.
Que tú, cuando inicias tu proceso de búsqueda de un profesional de la Psicología, sueles estar o fastidiado o más vulnerable de la cuenta. Como mínimo tienes un problema importante para ti a resolver y, en el peor de los casos, estás destrozado. Y dudas de ti y de tu criterio. Y es normal. Si no lo ves, para. Habla con tu psicóloga pero también habla con más personas, con una amiga que sea amiga de un psicólogo, con alguien de tu confianza, no sé. Pero no te lo guardes. Y no te culpes.
Es normal. Te lo repito otra vez. Es normal que no encajes con el primer profesional con el que trabajas. Son, como estás viendo, muchos factores. No todos dependen de ti.
La relación que estableces con tu psicólogo es una relación terapéutica. Una relación, en definitiva. Con todo lo que conlleva. Por eso es tan difícil. Por eso es tan sumamente bonito cuando se da.
Así, que, por favor no tires la toalla. No renuncies a ser ayudado. No creas que no hay nadie al otro lado para echarte un cable. Si no va, sigue buscando. Sigamos buscando.
La última, no puedo dejámela.
Que ame a las personas. Por encima de todo.
PD:
- ¿Adivinas cuál es mi corriente?
- Si necesitas más información, o tienes curiosidad por conocer mis sesgos y no te importa verte contaminado por ellos porque te parece que mi criterio puede estar bien encaminado, me escribes.
Gracias. Cuídate mucho.
Gracias, porque siempre pensé que mi decisión de no volver a un psicólogo al que fui una única vez, había sido un mal gesto. Me pidió que le contara la razón por la que necesitaba ayuda: a mí me importa, en exceso, la opinión de los demás, y alguien muy cercano cambió su opinión sobre mí (para peor). Me afectó mucho que la respuesta del psicólogo fuera “y que te importancia tiene? No es nadie en tu vida, no debes darle valor…. Gracias a que encontré a una magnífica profesional en el servicio de salud mental de mi área, mi Bea, sin apellido. Que supo ayudarme.
Seguro que algo más viste. Y eso es muy importante, nuestra intuición, lo que nos dice si estamos o no cómodos con esa persona, si podemos confiar. Son muchos factores, así que enhorabuena por “tu Bea” 😉 Un abrazo muy grande y GRACIAS
Buenos dias Elena:
Yo precisamente estoy en la búsqueda de un compañero/a y me ha venido muy bien la explicación, aunque sea “sesgada” que has escrito en tu blog.
Muchas gracias.
Cuánto me alegro Juan Antonio, espero que ya estés en buenas manos. Y si sientes que no, pues a cambiar 🙂