No te des tanta importancia
No te des tanta importancia porque absolutamente nadie más te la da.
Sólo tú te das tanta importancia a ti mismo. Para lo bueno y para lo malo. Y esto te perjudica y te beneficia en función de cómo te lo plantees.
Y a mi, que siempre me dices que soy muy clara y directa, me dirás: “no te sigo, Arnaiz”.
En una cena con Natalia, Almu y Malena salió este tema. Y les dije… “¿os dais cuenta de que nos damos demasiada importancia? ¿os dais cuenta que nos frena demasiado esta carga que nos autoimponemos?” (De verdad que acostumbro a ser más divertida, pero en ocasiones me pongo intensa… y me sale un post así sobre la marcha!)
La tesis principal de este post es muy simple:
En general, nos excedemos en la importancia que le damos a todo lo que hacemos, decimos o pensamos.
Si nos diéramos menos importancia nos iría mejor.
Porque no nos juzgaríamos tanto.
Porque no nos daríamos tantísima caña.
Porque seríamos mucho menos inseguros.
Porque entenderíamos que la gran parte de las veces nosotros sólo somos una parte más del engranaje. Una parte muy muy pequeña. Ínfima.
Porque no nos veríamos tan sometidos por la presión social. Recuerda que nadie nos mira ni nos juzga tanto (ni de forma tan dura) como lo hacemos nosotros mismos.
Porque cuando nos juzgan, nos cuestionan, nos critican, etc. tendríamos la capacidad de no proporcionar poder a quién lo hace. Porque no podemos controlar la opinión de los demás pero si el grado en el que me afecta.
Porque fallar no es el fin del mundo. No es tan importante. Ni tan trascendente. De verdad que el mundo sigue girando y la noche sigue llegando.
Para conseguir brillar con tu marca personal necesitas no darte mucha importancia.
Fluye, surfea, déjate llevar, no analices todas y cada una de tus decisiones, ni de tus publicaciones, ni de tus acciones. No busques 20000 pros y contras y no inicies 20000 listas.
Piensa, reflexiona, traza tu plan. Y una vez que lo tengas y hayas pensado en las acciones que tienes que llevar a cabo, actúa.
Réstate importancia, nada de lo que hagas tiene tanta trascendencia como tú piensas. Para nadie.
Te pongo ejemplos prácticos:
-
Uf, no me atrevo a escribirle a este contacto que me interesa. Yo no me atrevo a interactuar.
¿Pues qué va a pensar? Nada, no te va a dar tanta importancia como la que tú te das a ti cuando se lo escribes. Él o ella sólo lo va a leer y si has fluido y te has quitado importancia le tratarás como lo que es, una persona normal como tú y cómo yo que se siente bien cuando le hablan a él, poniéndose en su lugar y aportándole valor.
Porque cuando te quitas importancia se la das al otro. Y eso nunca nunca falla.
-
Uf no tengo ideas para crear contenido.
Te sobran ideas y te falta quitarte importancia.
Verás que liberador saber esto: de este post vas a leer el 25%, con suerte. Y cómo tu también te das más importancia a ti que a mi, lo vas a amoldar a tus esquemas de conocimiento e interpretación de la realidad. Así que te llegaré un 10% de lo que yo trataba de contarte. ¿De verdad crees que me merece la pena plantearme perder tanta energía en pensar si va a pasar a la historia de los post? Pues no. He pensado que era importante lanzar esta reflexión, entiendo que te puede aportar valor si eres de lo que te excedes en tus tiempos de reflexión y si te paraliza en exceso tu censura. Y ya.
-
Uf, no me atrevo a hablar en público.
Por exactamente lo mismo. Volvemos a poner el foco en nosotros. En exceso. En ese proceso de comunicación todo fluye mejor cuando le das la importancia a ellos. Todo el protagonismo para el que lo tiene. Y no, no eres tú. Te lo cuento mejor en este post: Para superar tu miedo a hablar en público deja de pensar en ti.
No imaginas lo liberador que ha sido para mi quitarme importancia. Aquellas consecuencias tan relevante que mi cabeza dibujaba sólo estaban ahí en mi cabeza. Lo único que es trágico es pasar por aquí sin pena ni gloria. Lo único que no podemos permitirnos es vivir ahogados en el miedo. Suelta, suelta lastre.
Aprende a no darte tanta importancia y después actúa.
Aprende a amarte así, como eres, y después vuela.
Vivir sin darnos tanta importancia te lleva a un punto de locura que es clave angular en los entornos ágiles y ultra liquidos en los que vivimos. Me atrevo a decir, que o rebajamos nuestro nivel de importancia a cada una de las pequeñas decisiones que tomamos o a las acciones que decidimos llevar a cabo o nos entra la parálisis por análisis (Guillem, permíteme que te coja el término) Y esto empieza a ser sinónimo de extinción (o de naufragio por seguir con la analogía de la líquidez)
Ese punto de intrascendencia, de tomar distancia con respecto a nosotros mismos y al lugar que ocupamos en el mundo se me hace indispensable.
La capacidad para relativizar es imprescindible si quieres apostar por tu desarrollo profesional. Si quieres mirar hacia adentro y buscar tu talento y atreverte a dar el importante e imprescindible paso de enseñarlo.
¿Cömo lo ves? ¿Dejamos de darnos tantísima importancia?
Al fin y al cabo y como dice unos de mis grupos favoritos… sólo somos nubes blancas 😉
Interesantísimas reflexiones Elena.
Trabajaré sobre ellas para sufrir menos y seguir dando lo mejor de mi, pero sin tanta importancia.
Me quedo con la palabra RELATIVIZAR.
Gracias por compartir!!
Un saludo
Es una interesante visión la que le has dado al tema Elena Realmente es cómo dices, darnos importancia nos bloquea porque queremos hacer todo perfecto cuando seguramente haya cosas que no pasen cómo pensamos haciéndonos daño a nosotros. Hay muchos factores que escapan de nuestro control y vale más adaptarnos y aceptarlos que buscar la perfección. Me ha gustado la verdad Un abrazo!
Hola preciosa, me ha encantado el post y que sepas que yo soy parte de los 25% que leen todo tu post!!
Enhorabuena y gracias
Pues te doy toda la razón. Pero, claro quitarte importancia llamándote Reyes, te quisiera yo ver con un Abilleira como el mio. Disculpa la broma, es cierto, que si nos dejamos llevar podemos alcanzar un grado de felicidad mucho mayor que encorsetados en el que dirán y pensarán de nosotros.
En consecuencia, voy a comprarme unos deportivos fuccia, que toda la vida los he deseado.
Un fuerte abrazo y gracias por dejar que compartamos tus reflexiones.
Hola Elena, un post muy inspirador e interesante. Realmente necesitamos acallar el ego, cada uno lo expresa de diferentes formas, pensar más en los demás y no hacer tantos juicios de los demás y de nosotros mismos.
Totalmente de acuerdo con tu post….podrías recomendar algún libro interesante sobre el tema en concreto??? Gracias por tus aportaciones.
Cuanta razón Elena…yo hace tiempo que voy por la vida siendo un vividor de la vida y mientras no hago daño a nadie…palante como Los de alicante…te adoro…abrazote
Y qué bien le haces al mundo Gaspar, que bien le hacéis esa ranita preciosa y tú. Gracias por ir pa lante como los de Alicante. No imaginas la inspiración que supones en mi. GRACIAS. Ay el día que te de ese abrazo!!!!
Gracias! Me ha llegado el 100%, 😉
Muchísimas gracias Rosalía!! que bueno eso! jajaja Me encanta que te haya sido útil!!
Me ha encantado. Hasta ahora no había sabido identificar o denominar lo que creo que me pasa más menudo de lo que quisiera, ese concepto del que se habla en el post, “la parálisis por análisis”. Trabajaré en ello. Enhorabuena por el post!!
Muy buena tu reflexión. A veces sabemos la teoría, pero otra cosa es llevarlo a la práctica. Estoy trabajando en ello. Iré mejorando. Gracias. Un saludo.
Me gusta pero muchísimo leerte, me parecen geniales tus plateamientos. Este post sin duda al final dice mi nombre en letras mayúsculas. Siempre he sido muy duro conmigo y eso no me ha jugado bien en muchas ocaciones. Pero aquí estamos en pie de lucha y más que dispuestos y disponibles a dejarnos de dar tanta importancia. Infinitas gracias por su aportación a mi desarrollo profesional.
Más amor y menos caña. Eso es lo que nos tenemos que decir cada mañana, que ya está bien como nos tratamos 😉 Un abrazo muy grande José Arnaldo, te estoy muy agradecida por tu feedback tan tan generoso y cariñoso!!
Gracias Elena me ha encantado y muchas cosas de las que estoy experimentando estos días me veo reflejado.
Muchas gracias, y yo os animo a los que tengáis ese problema, a que estudiéis un poco el Universo. Sí, tal cuál. Ver lo que la ciencia sabe hoy de ello, te hace quitarte la culpa y te hace ver lo que significamos: Si piensas que ya han habido posiblemente múltiples civilizaciones antes que la nuestra…¡Nada es relevante ni importante en realidad! Simplemente…¡es! Dale importancia a ese tipo de pensamientos y te la quitarás a ti.