La fiabilidad, confiabilidad, la certeza, la sensación de todo está en orden, la seriedad, la rigurosidad, la inteligencia, la consistencia y la capacidad de esfuerzo y de trabajo sin límite van de la mano de Antonio Gallego. Soy una firme convencida de que las distinición personas vs procesos, mente analítica vs mente creativa, ingenier@s vs psicólog@s ya no tiene sentido. Hoy más que nunca necesitamos perfiles que integren. Visión para ser capaz de ver el funcionamiento global, la estrategia, los procesos y sensibilidad especial para detectar las relaciones, para poner el foco en las personas y en su posibilidad de crecimiento y en su entrenamiento para conseguir mejores resultados. El mercado laboral necesita este tipo de perfiles integradores.
El mercado y el mundo. El mundo necesita de personas como Antonio. Personas buenas, que nos demuestran cada día que a través del esfuerzo, de la generosidad y de trabajo somos capaces de destapar tarros enormes de brilli brilli para dejarlos salir y darle a los demás al apoyo técnico y competencial que necesitan para mejorar en sus procesos. Estoy feliz de conocerte, de todo lo que me enseñas cada día y de que Instagram nos haya mezclado los caminos.
Elige tu linterna
Cuando Elena me invitó (no, la verdad es que me ha obligado, pero no quiero que se enfade si lo expreso así) a escribir en su fabulosa sección #HoyBrilla, pensé “¿De que coj… voy a hablar yo? Es una sección donde ha escrito gente que sigo en las redes y que considero verdaderas referencias en Marca Personal, que mueven el talento de una forma espectacular, ¿qué pinto yo aquí?
Esto es para gente que sabe cómo brillar, y a mí hay días que se me funde hasta la bombilla del microondas. Hubiera preferido que Elena me invitara a una sidra y un cachopo en Asturias. Tierra preciosa, por cierto, con unas montañas espectaculares… ideales para marcarse una acampada.
Mmmm, acampada… mira, ya sé de qué voy a escribir! Es lo que yo llamo conexión absurda pero resultona de ideas. Allá voy:
¿Luz química o dinamo?
Recuerdo que, cuando iba de acampada hace años, vendían unos tubos de luz química. Únicamente había que doblarlos un poco para que se rompiera una barrera en su interior, se produjera la reacción química y el tubo empezaba a iluminarse. Tenían una duración determinada, no recuerdo ahora cuánto tiempo, pero se iban apagando poco a poco. Hasta que perdían toda su luminosidad.
Años más tarde salieron a la venta unas pequeñas linternas Led con dinamo, es decir una manivela para “recargarla” y que así emitiera su luz. De modo que cuando iba decayendo la intensidad, volvías a darle a la manivela y la linterna alcanzaba nuevamente su brillo máximo.
He de reconocer, y no creo ser el único, que en estos últimos años, desde que decidí emprender, he buscado la forma de ser como esos tubos de luz. He pretendido encontrar ese “crack” que haría reacción en la mezcla y, de repente, todo brillaría. Y menos mal que no lo encontré! Porque una vez que se va apagando el brillo, el tubo queda inservible y oscuro. Ya no aporta más luz a nadie.
Llegar a entender que la forma de brillar más sostenible y duradera es como la linterna de dinamo, cuesta bastante. Sobre todo porque vivimos en la época de la inmediatez, de lo fugaz y de la idea feliz, ese “crack” que hace el tubo para poder iluminar. En esta época nos da pereza pensar que tenemos que ponernos a darle vueltas a la manivela, con ese sonidito tan monótono, una y otra vez, a veces hacia adelante, otras hacia atrás.
Pero si vencemos esa pereza, con la ayuda de aquellos que ya lo transitaron o están en ello, vuelta tras vuelta, nuestro brillo va cogiendo intensidad. Más vueltas, más intensidad. Hasta que alcanzamos el brillo máximo y compartimos una luz clara con el entorno que nos rodea.
Entonces, ¿qué eliges?
Si has optado por la luz química, adelante. Cada uno está en su derecho de elegir lo que crea que más el conviene. Tienes las redes sociales llenas de imágenes de éxito rápido, técnicas de alto impacto (sobre todo impactarán en tu bolsillo), webinars per-grabados y soluciones enlatadas. No hay nada de malo en encontrar un “crack” en el tubo de luz que nos haga brillar, aunque luego nos apaguemos… Siempre que se sea consciente de que esa luz es breve y que tocará buscar otro “crack” a continuación. Y así constantemente…
Si tu elección es la linterna de dinamo, empieza a darle vueltas a la manivela y haz una buena gestión de tu energía. Y por energía vamos a entender, no únicamente la energía física, sino la emocional también. Por lo tanto, si adquieres esta linterna has de comprar además un pack de accesorios muy útiles. Hay muchos, pero te resumo los que yo encuentro más interesantes:
- Persona de Apoyo Honesto
- Mindfulness
- Autocuidado
- Humor
Persona de Apoyo Honesto.
Desmenuzo esto de Persona de Apoyo Honesto.
Persona, física, porque un curso on line o webinar o llámalo X puede ser interesante, pero no va a empatizar contigo ni se va a adaptar a tus necesidades al 100%, como lo puede hacer una persona.
De Apoyo, en el sentido que lo necesites. Puede ser un psicoterapeuta, un referente tuyo, un mentor o un coach, pero de los serios, es decir, de los que no necesitan luces, música y hacer que te sientas como en una discoteca. No, de esos no. Has de invertir un tiempo en indagar a quien le vas a pedir ayuda, con quién crees que podrás establecer una relación fluida. Y una relación fluida no tiene que ser “ji ji ja ja” todo el rato, a veces las cosas escuecen, pero sientes que esa persona te está brindando un aprendizaje desde su cariño y respeto hacia ti. Aunque a veces te caiga una buena colleja…
Honesto, porque nadie te puede acompañar más lejos de donde haya llegado. Cuando nos acompaña una persona hemos de ser honestos con nosotros mismos y con esa persona, siendo recíproca esa honestidad obligatoriamente. En una relación de acompañamiento, quitarse las máscaras y mostrarse vulnerable es la única forma de saber qué teclas tocar. Por supuesto cuidando y mimando siempre esa vulnerabilidad expuesta.
Mindfulness
Ya sé que lo tenemos hasta en la sopa, pero es que bien planteado y bien integrado en nuestra vida es como una navaja suiza multiusos. Más bien es la base transversal para cultivar el bienestar en muchas facetas de nuestra vida.
El tomarse tiempo para pararse a observar cómo estamos es ya un regalo que no nos permitimos, pero que anhelamos a diario. Pero si integráramos más ese “parar y observar” en nuestro día a día, crearíamos un hábito estupendo para el autoconocimiento. En ese conocerse a uno mismo está la clave para saber cuándo hay que darle o no a la manivela de la linterna, o cuánta energía tenemos para darle, o quizá si tenemos que descansar.
Además, cargar la dinamo sólo es posible en el momento presente, haciendo que se mueva en el momento presente, y viendo qué estamos realmente iluminando. De nada te servirá hacer que tu linterna brille si estás mirando hacia otro lado de donde apunta el foco. Si caminas con la linterna apuntando hacia adelante, o hacia detrás, no verás las piedras que tienes justamente en los pies.
Seguramente ya lo sabes, pero te lo digo, el mejor momento de empezar a estar presente es AHORA.
Autocuidado
El Autocuidado está muy relacionado con el punto anterior. Se ha de ser consciente de uno mismo para poder cuidarse. O dicho de otro modo, no se puede cuidar lo que no se ve.
Hay que observar con humildad y desde un profundo autoconocimiento, cuándo hace falta seguir dándole a la dinamo para que el brillo se mantenga, en un equilibrio entre nuestra capacidad de brillar y nuestra energía.
En este área entran la parte física y la mental también. Como la parte física parece que la tenemos más presente por ser más visible en los medios y las redes, hablemos un poco de la mental.
- Autocuidarse pasa por poner solución a aquello que nos daña. Y tenemos muchas cosas que nos dañan.
Para mí lo más dañino que vivo es el miedo y el perfeccionismo, que me generan grandes bloqueos.
– Intentar ignorarlos y taparlos no fue una decisión acertada. Intentar subsanarlo por mí mismo, tampoco lo fue.
– Al final recurrí al primer punto “Persona de Apoyo Honesto” y en ello estoy. Sí, yo también tengo mi psicoterapeuta y además una mentora asturiana que está un poco mal de la cabeza pero es muy maja…no siempre…pero con cariño 100%
- Autocuidarse en ese aspecto también pasa por celebrar con los amigos con una cerveza o sidra (o la bebida que te parezca más agradable). Celebrar en general, los éxitos pero también los “fracaprendizajes” (los aprendizajes que vienen de los fracasos, o no éxitos). Celebrar el estar aquí vivos (cosa que otros ya no pueden decir) y celebrar que, en algún momento de nuestra vida, nos dimos cuenta de que tenemos la capacidad de decidir sobre ella y salirnos de algunos caminos que nos prefijaron.
Humor
¿Quién sería yo sin el humor? Pues sería bastante gris, más gris aún de lo que a veces he llegado a ser. Tienes en internet las explicaciones biológicas de por qué reírse es una gran medicina y los beneficios del sentido del humor (el respetuoso, claro).
Yo he llegado a usar el humor como herramienta evitativa, lo cual no es una buena opción, pero también aprendí una cosa no hace mucho, y además lo aprendí usando Instagram.
Había días en los que me levantaba apático, sin saber cómo afrontar mi proyecto. Una mañana me puse a hacer stories en Instagram, haciendo un poco ese humor tonto y sencillo. No era tanto la gracia que pudiera hacerle a los seguidores de mi perfil, sino el cómo me sentía yo cuando acababa las stories. El haber dedicado unos minutos a reírme de mi mismo, a ayudar a que otros se rieran, me hacía sentir con más energía para afrontar el día.
Además con el tiempo fui perdiendo la vergüenza ante la cámara, le cogí el gusto y ahora en mi feed de Instagram hay más vídeos que imágenes, vídeos más serios y otros con más humor. Y lo disfruto enormemente!
¿Has visto la película Monsters S.A? Recogen gritos de niños para producir electricidad, pero son las risas las que generan una energía desbordante (ups, ¿he hecho un spoiler?). Pues con tu linterna de dinamo pasa lo mismo, tienes que darle a la manivela, pero cuando te rías, cuando le pongas humor, brillará más, mucho más!
Ya te puedes ir de excursión
¿Has elegido ya tu material para la travesía? Revisa que no llevas piedras en tu mochila y sí cosas útiles. Te deseo un feliz viaje, probablemente con mucha oscuridad alrededor, pero llevarás la luz que hayas elegido, para poder ir brillando según caminas.
Recuerda que encontrarás gente por el camino con sus luces, haciéndolas brillar también, permítete sentarte de vez en cuando a conversar con ellos sobre el viaje de cada uno. Quizá hagas tribu con otros viajeros, o quizá tan solo te sirva para seguir caminando con nuevas ideas.
De cualquier modo, una cosa está clara, has de elegir el modo en que quieres brillar y ponerte a ello.
Nos vemos por los caminos!
Agradezco, de corazón, y ahora sí, sin bromas de por medio, la oportunidad que me ha dado Elena de ser parte de esto tan bonito que está creando y que ella aceptara ser parte de mi proceso hacia el Brilli Brilli… aunque sé que se tira de los pelos conmigo!
Gracias!!!
¿Os lo dije o no? Ahora que lo conocéis más, sé que ya sólo queréis tenerlo en vuestras vidas. La mejor forma de seguirle es estar pendiente de las publicaciones que hará los miércoles en su blog
Y, por supuesto, su cuenta de Instagram que se ha convertido en un imprescindible para mi.
Esa linterna de dinamo no siempre brilla y a mí también se me funde hasta la bombilla del microondas , pero sí a Antonio también le pasa es una señal de que el brilli brilli puede ser espectacular aunque sea imperfecto. O quizá por eso. Felicidades por ese súper post contado desde la honestidad y el . Y gracias por hacerme sentir brillante y humana a la vez
Desde la honestidad y el corazón, decía (los emojis han hecho ghosting)
Un artículo genial… de los que lees de manera dinámica pero también te hacen parar a reflexionar. Enhorabuena. Un abrazo.