Brillar en la Oscuridad por Lara Vidal
A mi las personas como Lara me enamoran. Representa todo lo que yo quiero ser en la vida y las características de las personas que quiero cerca de mi. Su energía te recarga. Sólo el brillo de sus ojos cuando una idea o una acción le enganchan la hacen brillar de una forma que ella no alcanza a imaginar. Su entrega en sus proyectos se percibe mucho antes de que la veas trabajando porque sus resultados y lo que los demás expresan con su cuerpo cuando hablan de ella la delatan (esto es Marca Personal ¿verdad?
Te ríes, te hace reír, entra en la broma, se expresa desde el humor. Y la cercanía. Un poder escénico y de comunicación de los que te atraen de forma irremediable. Alegre, divertida, sólo quien trabaja con personas entiende la relevancia de esto. Sólo quien ama, con mayúsculas a las personas y lo que hace es capaz de escribir y vivir un post como el que me regala con su generosidad para que entendamos nuestra labor, para que nos recordemos todos los para qués y para que sepamos dónde debemos ir a buscar cuando necesitemos brillar en la oscuridad. Haces poesía del desarrollo profesional.
Gracias Lara.
Brillar es la única forma de arrojar luz en el camino
Me gustaría hablaros en esta preciosa tribuna que me prestan, sobre cuando ser gusiluz es la única opción, elegida o no. Esas ocasiones en las que brillar es la única forma de arrojar luz en el camino. Aun sin querer. Me explico.
Seguro que, expresado de una forma u otra, has escuchado o leído alguna vez aquello de “si te encuentras mal, ayuda a otros y te sentirás mejor”. Una cosa te voy a decir, descubrí que eso era cierto sin hacerlo a propósito. Sin querer, sin intencionarlo. Me di cuenta de que eso me pasaba a mí. Y no solo a mí. Pero también a mí. Absolutamente metamórfico. Completamente luciernagante. En momentos de plena penumbra, hacerte luz, es la única forma de que HAYA luz. Pero que no hace falta que busques una receta, ni los 10 tips a seguir, ni cómo lograrlo paso a paso. Que recuerdes que a ti ya te ha pasado, seguro. Mira a ver. Seguro. Y a lo mejor ni te has dado cuenta de que tú también brillas en la oscuridad.
Tú también brillas en la oscuridad
Yo me di cuenta que me ocurría, sin ponerlo en práctica egoístamente, sino al revés, me sucedía para mi bien sin ser esa la intención primera.
Claro, cuando te das cuenta, engancha. No hay ejemplo más claro del manido win-win.
Da igual que estés apagada
Recuerdo que, con una compañera de trabajo y amiga, nos dimos cuenta que daba igual cómo estuviéramos anímicamente, había algo que siempre mejoraba nuestro ser, y era la semana que teníamos que dedicarnos a impartir sesiones de empoderamiento personal y profesional a grupos de búsqueda de empleo. Era absolutamente transformador y, además, automático. Tanto, que cuando teníamos un día gris, adoptamos la expresión “necesito una semana de talleres”. Es entrar en el aula, y cambia hasta la postura corporal, la expresión de la cara, el tono de voz. Y lo mejor, es que te lo llevas, no es solo el ratito de intervención, esa mejora se queda en ti, te hace brillar en tu oscuridad.
Nos sigue pasando. Me sigue ocurriendo. Con caga grupo al que intento motivar, animar al cambio, negociar mejoras. Acompañar y caminar juntas. El reto de cambiar la energía de un equipo, requiere tal inversión emocional, que, en efecto, se invierte dicha energía, también la tuya, haciéndote brillar. Comienza siendo un brillo más interno, casi una vibración, que acaba explotando y brotando por cada poro de tu piel, imparable, inapagable.
Cuando te miran esperando luz, da igual que estés apagada
Cuando te miran esperando luz, da igual que estés apagada. Como esos detectores de los baños que te hacen hacer aspavientos, tu gente se convierte en gestos y de manera automática, por detección de la necesidad, se enciende tu luz, y brillas en la oscuridad, en tu oscuridad.
Si las heridas sangraran flores
Me encanta el estribillo de una canción que escribió un amigo, que decía “si las heridas sangraran flores, te haría un collar de tantos colores, que quedarían sin luz los soles”. Tal cual. Tener valores firmes en ocasiones (te) hace daño, ser coherente a veces (te) lastima, vivir en el universo de las personas altamente sensibles, produce heridas.
Heridas que sangran flores, que necesitan luz para sanar.
Cuanto más oscura sea la senda que recorres, mayor parecerá la luz de cualquier pequeño destello. Mayor la sensación de resurgir, de “por ti me hago luz” aunque sea inconscientemente. Si las heridas sangraran flores… crecerían con la luz de los ojos que acompañan, de los ojos espejo, de los ojos que resurgen para otros ojos empañados.
Lo que te vuelve brillo
Cuando el alma está sombría, y el cuerpo es debilidad, y se instala el ‘a punto de llorar’ muchas horas al día. Cuando la oscuridad que da la tristeza lo cubre todo, y se tiñen de negro cielo y tierra. Ahí, descubrirás lo que te hace volver, lo que te hace brillar, lo que te vuelve luz. Esos días que más que amanecer pareces resucitar. Observa qué es lo que te hizo brillar. Por favor, agárralo fuerte. Hazlo cotidianidad.
Todas deberíamos encontrar aquello que, mediante la interacción, nos hace brillar en la oscuridad.
El brillo que surge del momento más lúgubre para salvar el día, o para salvar la vida
Porque ese brillo es el esencial, no nos hace brillar sobre otros, ni más que otros, ni deslumbra, es el brillo de la supervivencia y la superación, de la entrega, de la transformación, personal y social, ese es el que cambiará el mundo oscuro que tenemos, dentro y fuera, el que surge cuando anteponemos lo común a lo individual, cuando damos al otro su lugar sin perder de vista el nuestro, el que salva el alma propia y colectiva, el brillo que inunda sin ser invasivo, el que señala caminos mejores, el que ayuda a trazar vías de esperanza y a dibujar los mejores escenarios posibles. El brillo que surge del momento más lúgubre para salvar el día, o para salvar la vida. El más ancestral, genuino, que emana del pecho y recorre tu esencia; que tiene su génesis en no sabes dónde, porque te parecía imposible en ese instante, en ese lugar emocional. Y de repente, luz.
Lara Vidal tiene un blog con unos post que son una delicia para los oídos de las personas que compartimos AMOR por la orientación y por el desarrollo de las personas.
https://laravidalserendipia.blogspot.com
Y en sus redes sociales puedes seguir parte del trabajo espectacular que hace con sus equipos de empleo y orientación de toda ESPAÑA de Cruz Roja
Hace un par de años, tuve la oportunidad de participar en un taller en el que Lara hizo lo que mejor sabe. Aquella mañana brilló tanto que me deslumbró. Cuando conseguí enfocar de nuevo, descubrí el camino profesional por el que debía transitar.
Aprovecho este espacio para celebrar aquel día y agradecerle a Laura su chispa transformadora.
No puedo estar más de acuerdo en todo lo que dice en el post, me ha encantado leerla en y me siento un privilegiado al tenerla tan cerca (compartimos misión y visión).
Me ha encantado, me he sentido muy muy identificada y por lo tanto emocionada. Gracias por hacérnoslo recordar y mostrarnos vuestra luz.
Cuando el alma está sombría, y el cuerpo es debilidad, y se instala el ‘a punto de llorar’ muchas horas al día. Cuando la oscuridad que da la tristeza lo cubre todo, y se tiñen de negro cielo y tierra. Ahí, descubrirás lo que te hace volver, lo que te hace brillar, lo que te vuelve luz. Esos días que más que amanecer pareces resucitar. Observa qué es lo que te hizo brillar. Por favor, agárralo fuerte. Hazlo cotidiano.
Cuando he leído esto he recordado los días más duros de la enfermedad de mi padre, tristemente sus últimos días, en esos momentos nacía Alegría de vivir, el proyecto en el que llevo sumergida desde agosto.
He visto que el momento que me hizo brillar, cuando presente el proyecto, he recordado como brillaban los ojos de las personas que estaban en la sala, como se emocionaban, como salían llenos de luz y de alegría.
Sí Lara lo voy a agarrar fuerte, lo voy hacer cotidiano.
Gracias Lara Vidal por escribirlo, gracias Elena por compartirlo.
Un abrazo a las dos.
Súper Lara, estupenda labor, leer esto me ha subido el ánimo para empezar la semana. Besos compañera y vaya si brillas por donde pasas
Maravilloso, no tengo palabras. Yo me hice voluntaria de Cruz Roja por esto que nos compartes y explicas con tanto sentir y tanta emoción. ¡Que maraville!
Ay Nacho… hasta hoy no te había leído… sabes perfectamente que recuerdo ese día tanto como tú, me transmitiste que todo cobraba sentido. Gracias por tus palabras, compañero, eres una inspiración para seguir en el camino.
Gracias a todas… sois muy generosas y me dais impulso para seguir intentándolo. Os abrazo fuerte!!