Testimonios

Tenía un proyecto y no sabía definir, deslindar el qué ni el cómo, necesitaba ayuda y acudí a Elena.
Esas sesiones me bajaron del tejado al que me había subido sin tener muy claro a dónde quería llegar, quería volar sin haber aprendido a andar.

Elena me puso a cavar cimientos, en primer lugar tocó buscar mis habilidades, en qué era bueno y hacia dónde debía orientar el proyecto.

El autoconocimiento como base me dio la visón y me puso en el camino correcto, encontré el foco.
Tocaba definir estrategia, ese cómo sin el que un proyecto es un pollo sin cabeza. Una vez más fue su acompañamiento, sus consejos los que definieron, objetivos, acciones y tiempos.

Y por fin tras varias sesiones todo comenzó a tomar forma, tocaba echar a andar. Esa acción con la vista puesta en un objetivo claro y bien definido en tiempo y forma. Una acción y una evaluación de resultados siguieron a otra y otra…

Hoy puedo decir que me encuentro a medio camino de ese tejado que en mi caso no es más que dar a conocer mi labor profesional a otros profesionales y al público general mediante una serie de relatos basados en vivencias profesionales. Vivencias, algunas de ellas duras y todas tremendamente reveladoras. Esas vivencias dejaron un poso de reflexión, de conclusión en forma de lecciones aprendidas que me ayudaron en mi propia gestión emocional y que hoy vuelco en ese tejado llamado libro.

Gracias por esa ayuda, ese acompañamiento, esa caña cariñosa y ese saber hacer, ese corazón que pones en todo lo que haces.
Sin ti, todo hubiese resultado mucho más difícil y más lento. Es más, creo que no lo habría conseguido