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Tú tienes el talento, yo tengo el trabajo. A los dos nos interesa llevarnos bien.

Tú tienes el talento, yo tengo el trabajo. A los dos nos interesa llevarnos bien.

¿Lo habías visto desde esta perspectiva?

¿Te habías dado cuenta de que es necesario que los dos actores principales establezcáis una relación de igualdad en todo lo que dure el proceso porque si no uno de los dos (o ninguno) cumplirá su objetivo y habrá sido una completa pérdida de tiempo y de dinero?

A ti, que te dedicas a buscar talento…

¿Te das cuenta de que ya no te puedo llamar seleccionador? ¿Te das cuenta de que ahora el talento que necesitas es el que te selecciona a ti? Quizás aún no habías caído en eso. Revisa tus procesos de… selección. Si quieres seguimos usando el término, pero o empiezas a darte cuenta de que este juego va en los dos sentidos o lo llevas crudo.

Hasta ahora sentías que tenías el poder. Tú tienes una oferta de empleo, tenías el dinero, tenías el control y tenías a tu disposición una serie de personas que presentaban su valía a ese puesto que ofrecías. Y los tratabas como te daba la gana, porque si no tenías uno tenías otro. Porque tú eras el ocupado. Porque tu tiempo era más valioso. Porque no podías perder tiempo dando información extra o contestando sus preguntas sobre su evolución en el proceso. Algún día, miraremos atrás y esta actitud nos dará vergüenza. Estoy completamente convencida.

Ha llegado un tiempo de cambio de rumbo. Si quieres que tu función en la empresa como profesional de la gestión de personas tenga sentido o empiezas a asumir este cambio o estás fuera de juego.

Las nuevas generaciones de trabajadores, las personas que quieres tener en tu organización, el talento que tanto buscas y sin el cual tú y tu empresa estáis perdidos ya no se muere por ti. Ya no está dispuesto a pasarte todos tus desprecios, ya no quiere ser un número más de tus informes. Ya no.

A ti, que te dedicas a buscar trabajo…

¿Eres consciente de que ya no puedes ir a enseñar tu talento  con la misma actitud? ¿Te das cuenta que no puedes esperar a que la varita mágica te señale y descubra todo tu potencial? ¿eres consciente de que sea cual sea tu situación, tu eres un profesional con un grandísimo repertorio de factores positivos que debes encargarte de enseñar? ¿Sabes que vas a negociar? ¿qué tienes que dejar de sentir que vas a un examen cuando vas a una entrevista de trabajo? Que sólo tienes que explicar de forma adecuada y atractiva los problemas que tú vas a resolver en esa empresa (basado si quieres en problemas que ya has resuelto antes en toda tu trayectoria)

Si queremos ser auténticos profesionales de la búsqueda de talento y de la búsqueda de empleo debemos asumir este cambio.

Talento Trabajo Elena Arnaiz

Tú tienes el trabajo. Yo tengo el talento. A los dos nos interesa llevarnos bien.

Esto es un mantra. Una declaración de intenciones. Una forma de entender las relaciones en el área de la gestión de personas que beneficia a ambas partes. Esto es mi manera particular entender la gestión de personas dentro de las organizaciones. Y esta es, por tanto, la actitud que considero debe imperar en nuestro desempeño en los procesos de selección como candidatos.

Profesional de la gestión de personas y profesional que busca empleo somos las dos caras de la misma moneda. Hoy estás en un lado de la mesa, mañana estás en el otro. El hecho de que ambos tengamos una necesidad, nos iguala en nuestra interacción y en nuestra relación.

Yo quiero encontrar una persona que sea capaz de dar respuesta a las necesidades de mi puesto. Tu quieres encontrar una organización que satisfaga tus necesidades económicas y de desarrollo profesional con un proyecto que te apasione y en el que puedas crecer.

He visto durante años una extraña sensación de prepotencia, de “chulería” por parte de la organización hacia el candidato.

He visto, y sigo viendo, actitudes de inseguridad, miedo, desesperación incluso entre quienes optaban a un puesto.

¡Se acabó! Tiempo de cambio. Cambio de paradigma.

Tengo pendiente escribir dos cartas abiertas:

Una va para ti que buscas talento para tu organización.

La otra va para ti, que buscas empresa para tu talento.

Necesito que leas mi carta con detenimiento, que cambies el chip porque, definitivamente, lo que te han enseñado hasta ahora no sirve. Porque tu actitud ya no funciona. Porque lo que va implícito detrás de muchas de las interacciones que se producen en un proceso de selección ya no se puede consentir. Ya no te lo puedes permitir, de hecho.

Ahora que ya sabes qué tienes que cambiar, te diré en qué medida tienes que hacerlo. ¡Agárrate (y disfruta) que vienen curvas!

Ah, y ¡feliz septiembre!

Y si te dedicas a buscar talento y sientes que necesitas crecer en tus conocimientos en este campo… ¡Estamos de enhorabuena! Tengo el curso que cumplirá por completo tus necesidades y rodeada de los mejores.

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